Pedro Herrero interpela a Carnero sobre su mala gestión en esta infraestructura  

Más de 40.000 vehículos pasaron por el viaducto de Arco de Ladrillo durante cinco meses, sin condiciones de seguridad. En este dato se ha basado la interpelación de Pedro Herrero para exigir responsabilidades y reclamar su demolición para la construcción de un paso subterráneo moderno y eficaz para vehículos, ciclistas y peatones. Es un proyecto incluido en el Convenio de Integración Ferroviaria, que la actualidad está paralizando.

El portavoz del Grupo Municipal Socialista ha acusado a Carnero de prometer el soterramiento a sabiendas de que no es posible. Asimismo, advierte de las consecuencias de la ruptura del Convenio de la Integración Ferroviaria firmado en 2017 por el Ayuntamiento, la Junta y el Ministerio.

El boicot se está evidenciado en Arco de Ladrillo, donde no se han tenido en cuenta los informes que alertaban sobre las condiciones de seguridad de la infraestructura. Informes a los cuales el concejal de Urbanismo quitó hierro: “El informe refleja unas patologías que pueden parecer muy complejas, pero que realmente no lo son: es mantenimiento puro y duro del puente”.

Pedro Herrero ha insistido en que esos informes fueron ignorados,  como el que le envió en enero de este año el jefe de mantenimiento de ADIF (elaborado por INECO tras inspección especial realizada en diciembre de 2023) en el que se describen y valoran los “diferentes daños detectados en la estructura y que suponen un potencial peligro para la seguridad y capacidad estructural de la misma”, requiriéndose una intervención a corto plazo.

¿Por qué no ordenó en ese momento adoptar las medidas de seguridad en el viaducto que luego ya se vio obligado a ordenar de urgencia 4 meses más tarde? En febrero dispuso de más documentos: “Informe de Actuación para el viaducto Arco de Ladrillo, sobre varias calles y vías de ADIF, en la ciudad de Valladolid”, que incluyen una propuesta de actuación a realizar, centrada en los sistemas de seguridad y posible regulación del tráfico.

Pedro Herrero se ha preguntado por qué el alcalde no hizo nada: Se pasó dos meses de brazos cruzados, hasta que a finales de abril el que reacciona es el Servicio de Espacio Público e Infraestructuras, que emite un nuevo informe, en el que se plantean 3 opciones:

1.-Dejar 3 carriles, el central reversible según necesidades de tráfico: 1,3 M € (I.V.A. incluido).

2.-Dejar 3 carriles con sentido permanente (1 entrada + 2 salida), 1,2 M€.

3.-Mantenimiento de los 4 carriles: 1,9 M €.

El concejal de Movilidad tardó dos semanas en reaccionar. No había prisa hasta que solicita informe complementario y urgente al SEPI, y en cuya petición alude a los informes técnicos de enero (INECO) y febrero (IMESAPI). A la espera de que ese informe complementario se emitiera Carnero (23-05-24) al día siguiente del Consejo de Administración se dedicó a mandar una carta a ADIF para que pague unas obras de emergencia.

El informe solicitado por el concejal con urgencia llega en mayo (24-5-24), y en él los técnicos se limitan a repetirle lo mismo que ya le dijeron 17 días atrás y le recuerdan: “Tenemos la certeza de que el borde volado y las vigas externas del vano central padecen un deterioro tal que en caso de impacto de un vehículo contra las defensas no solo éstas no serían capaces de contenerlo, si no que el impacto seguramente arrastrase parte de ese borde de la estructura que caería junto con el vehículo siniestrado sobre el terreno bajo el viaducto, sobre las líneas de ferrocarril en el peor de los casos. Además, y sin necesidad de impacto, también existe el riesgo, menos catastrófico, pero también potencialmente mortal, de desprendimiento de trozos deteriorados de estructura bajo el viaducto, como resultado de vibraciones o incluso inclemencias atmosféricas”.

Cuatro días más tarde de recibirlo (28-05-24), el Centro de Movilidad sin disponer de un estudio de tráfico, propone la señalización de obras, velocidad controlada a 30 km / h., 2 carriles centrales, máximo nivel de información a usuarios, y modificación de la ordenación del tráfico.   

Y dos días después, (30-05-24) en una Junta de Gobierno extraordinaria se aprueba la intervención de emergencia.

El Grupo Municipal Socialista considera “un auténtico escándalo” porque pasaron cinco meses antes de actuar con un dato inquietante: “Miles de personas montadas en 42.000 vehículos cada día estuvieron pasando por el viaducto, durante 5 meses, sin condiciones de seguridad y sin que el alcalde  ni nadie de su equipo, conocedores del mal estado del viaducto, hicieran absolutamente nada”.

En definitiva, cinco meses retrasando la aprobación del proyecto de demolición y construcción del nuevo paso, 5 meses boicoteando, jugando con la seguridad, el tiempo y el dinero de los vallisoletanos.