El Grupo Municipal Socialista solicita un pleno monográfico por la negligencia del equipo de gobierno PP-Vox. El siniestro se produjo al mediodía del martes 25 de junio mientras los operarios trabajaban en el perímetro de la cúpula, pero el Ayuntamiento tendría que haber comunicado la paralización de las obras. Los funcionarios advirtieron un mes antes de la ilegalización de las obras.

El desastre patrimonial en la iglesia de la Vera Cruz pudo haberse evitado si desde el Ayuntamiento de Valladolid se hubieran realizado con diligencia todos los trámites administrativos y si el equipo de gobierno PP-Vox hubiera tratado este proyecto con la importancia que requiere un monumento del siglo XVI, considerado el epicentro de nuestra Semana Santa. Es la conclusión del Grupo Municipal Socialista tras analizar todo el expediente y comprobar que las preguntas lanzadas desde hace tres meses siguen sin respuesta. Por eso, el GMS solicita un Pleno Extraordinario, porque los ciudadanos tienen derecho a conocer toda la información.

El derrumbe de la cúpula de la Iglesia de la Vera Cruz (1581) el pasado 25 de junio, en plena realización de unos trabajos en su cubierta, supone una pérdida patrimonial irreparable para nuestra ciudad. El templo se encuentra dentro del conjunto histórico “Platerías, Ochavo e Iglesia de la Vera Cruz”, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en 1964.

“A fin de entender lo ocurrido y en el ejercicio de sus obligaciones, el Grupo Municipal Socialista ha estudiado con detenimiento los expedientes administrativos municipales concernientes a este caso para valorar la gestión municipal. Del mismo modo, en el seno de la Comisión de Movilidad y Urbanismo, celebrada con carácter extraordinario el pasado 31 de julio, se plantearon una serie de preguntas al concejal de Urbanismo y Vivienda, algunas de las cuáles siguen sin respuesta.”, según se recoge en el texto de la solicitud del Pleno.

De toda la información analizada se desprende una evidente negligencia en la gestión. Los acuerdos y las fechas revelan el descuido político desde el inicio del proceso que dieron lugar a las obras hasta el día del colapso de la cúpula.

Relato del desastre patrimonial

La historia de esta intervención se remonta al 2 de agosto de 2023. El director de la obra, en representación de la promotora (la Cofradía Penitencial de la Santa Veraz Cruz) presentó en el Ayuntamiento una Declaración Responsable de Obras y Usos (DROU) para llevar a cabo una serie de “intervenciones en cubierta, fachada y acceso”, así como “acondicionamiento de iluminación”. Con este trámite la empresa contratada por la Cofradía podía iniciar los trabajos. Por tanto, el Ayuntamiento sabía desde hace casi un año que estos trabajos dieron comienzo.

Según los documentos, el Ayuntamiento tardó 49 días (20 de septiembre de 2023) en revisar la documentación y requerir a la Cofradía que aportara la documentación que le faltaba en la DROU, algo que se produce el 5 de noviembre. 

El 17 de noviembre el Ayuntamiento vuelve a notificar a la Cofradía que la DROU no es válida y que no ha surtido ningún efecto, advirtiendo a la Cofradía de la imposibilidad de ejecutar la obra.

El proyecto se retoma el 30 de abril de 2024. La Cofradía vuelve a iniciar el procedimiento presentando una nueva DROU, por lo que las obras se reanudan. En esta ocasión el Ayuntamiento tardó 55 días en notificar a la Cofradía que esta nueva DROU tampoco es correcta, lo que se produce la víspera del derrumbe.

Mientras las obras en la iglesia avanzaban, el Ayuntamiento se tomó 21 días para revisar la documentación presentada por la Cofradía (21 de mayo). El día siguiente, el 22 de mayo, la Sección de Control de Obras realizó una propuesta de decreto desfavorable, proponiendo al concejal que lo firmase para dejar sin efecto la DROU, lo que hubiera provocado la paralización  de las obras.

Dos días después (24 de mayo) la Dirección de Área de Urbanismo dio el visto bueno a la propuesta desfavorable. Sin embargo, la firma del concejal de urbanismo, Ignacio Zarandona, no se produjo hasta el 13 de junio, es decir, 20 días más tarde de que se emitiera esa propuesta desfavorable. Durante este tiempo las obras siguieron su curso.

Una vez que el concejal firmó el decreto, el Ayuntamiento tardó otros 11 días en notificárselo a la Cofradía, lo que aconteció el 24 de junio, víspera del derrumbe.

En resumen, desde que el concejal tuvo a la firma el decreto desfavorable en el que los técnicos municipales advierten de la ilegalidad y de la obligación de paralizar las obras, hasta que la cúpula se hunde, transcurrió más de un mes. Durante este tiempo las obras siguieron avanzando sin que el Ayuntamiento hiciera nada.

Por ello, al amparo del artículo 51 del Reglamento Orgánico del Ayuntamiento de Valladolid los concejales y concejalas del Grupo Municipal Socialista   han solicitado al alcalde la convocatoria de un Pleno Extraordinario. El portavoz, Pedro Herrero, considera necesario que el equipo de gobierno dé explicaciones y esclarezca los hechos. La opinión pública necesita respuestas

 

 

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