El Grupo Municipal Socialista lamenta el abandono y deterioro propiciados por la dejadez y falta de miras del alcalde. Por la estación de autobuses de Valladolid pasan cada año cinco millones de viajeros y circulan 230.000 autobuses
La estación de autobuses de Valladolid agoniza ante la pasividad de la Junta de Castilla y León y la complicidad de Carnero, incapaz de impulsar la construcción de la nueva terminal en Delicias, en los terrenos liberados por los talleres de Renfe. La realidad es que miles de viajeros (5 millones al año) sufren a diario el estado de abandono de esta infraestructura de Valladolid, cuyo deterioro avanza ante la desidia y dejadez de los responsables políticos de las dos administraciones gobernadas por el Partido Popular. Esta es la denuncia pública del Grupo Municipal Socialista, avalada por la realidad que todos los ciudadanos pueden comprobar hoy, 4 de diciembre de 2024.
El 15 de abril el alcalde y el presidente de la Junta de Castilla y León firmaron un protocolo para ejecutar el proyecto de remodelación de la estación de autobuses por 4,5 millones de euros. Ocho meses después del anuncio propagandístico (exactamente han transcurrido 233 días) todo sigue igual. Ocho meses después la única novedad es que Carnero anunció ayer la presentación del proyecto junto al consejero de Movilidad. Más propaganda.
El Grupo Municipal Socialista considera que sería suficiente que la Junta realizara una inversión adecuada para dignificar la infraestructura, pero de forma urgente. Por eso, se estima excesivo el presupuesto, 4,5 millones de euros, porque el edificio será demolido.
Y la reivindicación de los concejales socialistas se fundamenta en la nueva estación de autobuses, que está comprometida en el Convenio de la Integración Ferroviaria y cuestionada desde que Carnero fue elegido alcalde en junio de 2023 con el apoyo de Vox.
Un recorrido por la estación evidencia el deterioro de los aseos, las dársenas y todos los espacios de la terminal, en estado agonizante. La negligencia prolongada por parte de la Junta de Castilla y León ha provocado el deterioro progresivo de las instalaciones, entre otros motivos, porque no ha inspeccionado la estación de autobuses de Valladolid durante los últimos 13 años ni ha impuesto sanciones desde hace 35 años. La Administración Autonómica tampoco cobraba el canon a la empresa, según la información facilitada el pasado mes de enero por el Grupo Municipal Socialista.
“Nosotros -explica el portavoz del GMS- teníamos un proyecto, una nueva estación de autobuses, pero como Carnero pone frenos a la Integración Ferroviaria este proyecto, como otros, está paralizado. Los vallisoletanos tienen que saber que está comprometida una nueva terminal y que si no se agilizan los pasos administrativos para su construcción es por la actitud obstruccionista del actual alcalde”.
La realidad que padecen a diario los viajeros y trabajadores de la estación de autobuses es una imagen propia del periodo franquista, y de hecho sigue prácticamente igual que el día de su inauguración, aquel 1 de septiembre de 1972. “Si no se ha reformado es culpa del Gobierno Autonómico, que ahora tiene la complicidad del equipo de gobierno PP-Vox en el Ayuntamiento. Y si no se construye una nueva estación de autobuses en la ciudad es culpa de Carnero, por boicotear la Integración Ferroviaria”, sostiene Pedro Herrero.
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